- Señora… -le dijo-, se le nota en los ojos una inmensa cicatriz.
Ella lo miró interrogante y, sin saber por qué, le contestó: - Es lo único que me queda.
- Pero aún no ha sanado, le supura. Póngale un parche, que por ese agujero se le puede escapar la vida…y créame, quedarse sin vida y viva es lo peor que le puede suceder.
- Te propongo inventarnos de nuevo. Deshacernos los dos de lo que fuimos. Ser viento y tierra, agua y árbol, río y piedra. Y en esta materia inútil que nos ata, encontrar el beso final que nos libere.
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