jueves, 29 de diciembre de 2011

A veces la vida nos presenta con un evento que nos hace cuestionarlo todo, que nos mueve el piso y nos cambia. Puede ocurrir cuando estamos solos, rodeados de gente o con el amor de tu vida. ¿No te pasa que a veces te miras al espejo y te das cuenta que eres un simple espejismo, una imagen falsa de lo que eres? o ¿alguna vez notaron a la persona que tienen al lado?. Piénsenlo ¿alguna vez la vieron tal cual es?, realmente, digo. Tú sabes de lo que hablo. ¿Conoces bien a quien amas, a quien besas, con quien duermes? ¿De verdad lo sabes?. Me interesaría saber ¿por qué a veces tenemos que dejarnos sorprender? y como dice un nuevo amigo: de eso se trata la vida. ¿No crees?

viernes, 16 de diciembre de 2011

Ella.

La que solía caminar por las calles pensando en lo pequeña que era. Pero que con un paso que ella daba, enloquecían. Con dos, se encaprichaban. Y con tres, lo más probable era que se enamoraran. Ella era de las de noches amargas y caladas largas. Hasta que un día se fue, desapareció entre el humo de la ciudad y el tráfico de los coches. Y se llevó con ella todo lo que la rodeaba, su risa, su sonrisa y también aquel vaivén de caderas. Y adiós a tus planes de tardes con ella recorriendo las calles de la ciudad, y de noches quemando carreteras, entre sorbos de tequila y canciones a todo volúmen que parecían hablar de los dos. Haz de todo un presente en el que tres segundos sea una caricia, un minuto un beso, y dos susurros, un te quiero. Un pasado en el que eterno fuese 'para siempre' y la palabra nunca no entrase dentro del vocabulario. Y un futuro en el que os bebieseis a sorbitos este presente que por ese entonces será pasado. Llévatela contigo y llena historias de noches de locuras y escribe aquella canción que duraba lo mismo que tres caricias, dos besos y un te quiero. Pero dile que vuelva, hazla volver. Y sino, regálale una sonrisa, seguro que le gusta.